LA TECNOLOGÍA Y LA INNOVACIÓN, ¿HERRAMIENTAS PARA RESOLVER LOS RETOS MEDIOAMBIENTALES DEL SIGLO XXI?

El recurso natural más valioso no es el petróleo, el oro, el agua o la tierra. El recurso natural más valioso es la capacidad que tiene el ser humano para desarrollar el conocimiento. Utilizar ese conocimiento para concebir productos, procesos o servicios nuevos o mejorados que compitan ventajosamente en los mercados, en esencia, innovar, constituye una fuente de riqueza fundamental. Ésta es la clave para hacer frente a los grandes retos medioambientales a los que nos enfrentamos y superar la escasez actual de recursos. A lo largo de la historia, hemos aprendido a superar otras escaseces y muchas adversidades a través de la innovación y la tecnología (el único recurso que no sólo no se agota sino que se expande cuánto más lo usamos). Por ejemplo, los cazadores-recolectores necesitaban un promedio de 3.000 hectáreas para alimentar a una persona; hoy día, sólo es necesario un tercio de un acre. Ello implica, un aumento de la productividad agraria de 10.000. La sostenibilidad de nuestro planeta no es un número fijo; depende de la población, del consumo y de la eficiencia. El siglo XXI es una carrera entre un consumo excesivo perjudicial y nuestra creciente comprensión sobre cómo utilizar más eficientemente nuestros recursos naturales. El desarrollo del conocimiento y la innovación nos han permitido superar enormes problemas en el pasado, no obstante, nuestros desafíos actuales siguen siendo graves. Debemos actuar, dando rienda suelta a la innovación y aprovechando los avances científicos: invirtiendo en las personas, y adoptando nuevas tecnologías, vitales aunque temidas. Por ejemplo, la vasta cantidad de datos que hoy día están disponibles afectan nuestra privacidad. Sin embargo, pueden resolver problemas tan graves como la deforestación mundial. Ya conocemos la situación actual de los bosques gracias a los mapas del cambio forestal mundial de Google Earth Engine. Trillones de mediciones científicas para poder detectar cambios en los mapas, identificar tendencias y cuantificar las diferencias. Gracias al uso de nuevas tecnologías, el consumo de agua por habitante está disminuyendo rápidamente, los bosques están creciendo en Europa y América del Norte y los niveles de contaminación están bajando ligeramente. La conservación del medio ambiente y el crecimiento en la renta per cápita no son necesariamente incompatibles. Aplicando nuestro conocimiento, invirtiendo en innovación tendremos más riqueza y un mejor planeta.